viernes, 16 de octubre de 2009

Del Castillo de Montsegur al Castillo de Montjuïc

En la zona de los Balcanes nació un movimiento herético, que cercano al S.XI fue propagado por toda Europa mediante los mercaderes y aventureros que volvían de Oriente. Este movimiento herético, tuvo un especial calado en la Europa Occitana en un principio.
Esta nueva fe, nace para la recuperación del cristianismo primitivo, debido a que la clerecía católica abandonó todos sus valores, para arrojarse a los brazos de los lujos materiales y la pobreza espiritual.
Fue ya en el S.XII cuando la doctrina cátara cobra más fuerza en lugares como Ambres, Louvain, Bruges, Utrech, Lieja, Tolosa, l´Albí.... en este momento de auge cátaro, la doctrina comienza a alcanzar a personajes de relevancia política y social, un punto de inflexión donde la Iglesia Católica se da cuenta que de seguir el avance del Catarismo, su estructura corre el peligro de desaparecer definitivamente. Una vez entrados ya en el S.XIII, el Papa Innocent III puso en marcha lo que se llamó "La Cruzada contra los Albigueses". Esta cruzada llevó al asedio de todo el país a sangre y fuego por parte de los nobles y barones del norte de Francia, capitaneados por Simon de Montfort.
El Rey de Aragón y Conde de Barcelona Pere II, fue el único que se situó al lado de los cataros, lo que llevó a que todo este movimiento herético, recorriera un éxodo conocido como "El Camí dels Bons Homens", que partía de toda la zona de "Llenguadoc" y finalizaba en lo que hoy es la Comunidad Autónoma de Cataluña y parte de Aragón. Tras ser acusado el monarca de practicar la herejía, Simon de Montfort le dio muerte en la llamada "Batalla de Muret". Tras esta batalla, Simon de Montfort fue proclamado Conde de Tolosa.
Tras este periodo, pareció que volvía a resurgir el catarismo con fuerza, pero el Rey Luís VIII y posteriormente la Santa Inquisición, acabaron con cada uno de los cataros a fuego. Uno a uno, los quemaron a todos.

Finalmte, en el último periodo del Catarismo, los pocos que quedaban buscaron refugio en el Castillo Occitano de Montsegur, fortaleza hasta la fecha inexpugnable, pero llegó la primavera de 1243. El Arzobispo de Narbona, Pierre Amiel y el Senescal de Carcasona Hughes des Arcis, capitanearon un batallón de más de 6.000 hombres que unidos a la traición de algún guía, consiguieron hacerse con la fortaleza.
Los pocos cataros que habían en la fortaleza, se entregaron a sus sitiadores de manera pacífica. Mientras veían el desfile de antorchas subir por el sendero a Montsegur, los "buenos cristianos" salían por el portón de la fortaleza para, de manera voluntaria, ser quemados en una gigantesca hoguera ubicada en lo que posteriormente se conocería como "Camp dels Cremats".

La imagen que dieron los políticos de ERC, encabezados por el presidente del F.C.Barcelona, en una procesión de antorchas a las 6:00 de la mañana, no ha hecho más que recordar episodios históricos que, como este, están plagados de sangre y desgracia.
En una procesión hasta el Castillo de Montjuïc, granada de banderas anticonstitucionales que se abrían paso entre llamas de negras antorchas, señores con trajes que ya quisiera para sí el Sr. Camps, tratan de ofrecer una imagen de "rebeldes antisistema" que recuerdan de esta manera tan peculiar, el "asesinato" de Luís Companys. Un señor con un ideario Jacobino, bugués de extrema izquierda y responsable, en gran medida, de la crispación en la política catalana y española que se observa actualmente.
En el punto más estremecedor de esta manifestación en blanco y negro, rancia y medieval, el señor Laporta hace un discurso, llamando a levantarse "contra la intransigencia con el pueblo catalán". Pueblo catalán que este nuevo inquisidor de traje de Armani, llama a esa parte del pueblo que comparte sus ideas separatistas. Porque del pueblo catalán que persiguen por rotular sus comercios en español o esa parte del pueblo catalán que no puede escolarizar a sus hijos en español, este señor no les dedica ni la más mínima palabra.
Creo que estas personas de antorcha a las 6:00 de la mañana y de discurso para minorías radicales, son personas peligrosas de las cuales hay que cuidarse. Como pasara en Montsegur, puede que den con el traidor adecuado y este les conduzca a terminar, políticamente hablando, con todo aquel que no sea de su agrado.

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