miércoles, 28 de octubre de 2009

Como obra de Molière

Fué a principios del S.XVII cuando nació Jean-Baptiste Molière, conocido dramaturgo y actor del Barroco Francés. Acompañó a intelectuales y filósofos como Gassendi en sus contínuas tertulias, y también a conocidos libertinos como Cyrano de Bergerac o Chapelle.
Fué una vida dedicada al Arte en sus más diversas variantes, teatro, danza...
Como muchos dramaturgos, artistas, escrtitores.... anteriores y posteriores a el, fue depositario tanto de los más bellos alagos, como de las más cruentas críticas. Críticas vertidas sobre todo, desde las más altas instancias del Clero de la época. Tal vez fue su estrecha amistad con el Rey de Francia, Luis XIV, lo que hizo que no cediera ante las contínuas presiones eclesiales.
De sus obras teatrales, destaca "Tartufo". Obra que denuncia la hipocresía de la Iglesia de la época.

En nuestros días, la hipocresía se ha expandido por muchos ámbitos de la vida y sobre todo se ceba en la política.
Los actuales partidos políticos con opción de Gobierno y algún otro sin opción ninguna, no dudan a la hora de presumir de la etiqueta que la historia les ha otorgado, mientras con todo el desparpajo actuan de manera totalmente contraria a lo que predican.
No se si Tartufo habría llegado a tanto como lo están haciendo muchos de nuestros políticos. Tal vez hasta este se habría ruborizado en mucha ocasiones.
Tal vez, por ejemplo, Tartufo no se habría atrevido a levantar el puño entonando la internacional, como sí ha hecho Leire Pajín, mientras espera a ser nombrada Senadora y así ahumentar su nómina hasta cerca de los 20.000€ mensuales.
Tal vez, por ejemplo, Tartufo se habría ruborizado si se hubiera proclamado lider sindical y defensor de los trabajadores, mientras pasea en un flamante coche oficial, con chofer, y nómina a costa del Estado, cercana a los 3.000€ mensuales (dietas y cursos de formación a parte); como así hace Cándido Méndez. No se si tal vez habría llegado a tanto, siguiendo en este papel, como el pedir subidas de impuestos para aquellos a los que dice defender (mileuristas, desempleados, minorias sociales...). Creo que hasta Tartufo tenía un límite en su legendaria cara dura.
Pero no sólo los políicos o líderes de masas de altos vuelos adoptan posturas tan hipócritas como estas.

El Partido Popular, partido que se autoproclama liberal, defensor de las bajadas de impuestos, etc.... no predica con el ejemplo.
Mientras insta al Gobierno del Sr. Rodriguez a bajar impuestos, el mismo Partido Popular sube las tasas y los impuestos de ciudades como Alcoy.
Cómo va a creer la ciudadanía ese discurso de bajadas de impuestos, que en el Parlamento Nacional o en pueblos más pequeños como Muro de Alcoy, se utiliza para ganar el favor de la gente que lo escucha. El discurso del PP, como el de el PSOE, no son creibles, pues incurren sin rubor ninguno en la más absoluta hipocresía.

Como si de la obra teatral de Molière se tratara, nuestra sociedad está plagada de sindicalistas de coche oficial y chofer, de socialistas con Palacete en Niza, de populares que se dicen liberales y son simples recaudadores de recursos sociales...
Como en la Obra de Molière, nadie vive engañado eternamente. Llega el día en que toda persona termina viendo la verdadera cara de Tartufo, si no por voluntad propia, porque los hechos son tozudos.
(Ej. de Tartufo contemporáneo: separatista catalán, bañandose en Champagne frances de 100€/botella en "luz de gas")

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