Tras la senda de Tito Livio

Cuando Roma llegó a su máxima magnificencia, apareció la curiosidad de los orígenes de tan gloriosa tierra. Ante los infructuosos intentos de encontrar vestigio alguno que delatara el origen de Roma, su emperador se vió en la obligación de encargarle a uno de los historiadores más prestigiosos del momento, que tejiera un mito que fundamentara la aparición de tal esplendida tierra. Ante semejante reto, Tito Livio creo el mito de "Rómulo y Remo".
Rómulo y Remo, fueron dos hermanos gemelos que fueron abandonados a orillas del Tiber en tiempos de Amulio. Una loba, alertada por los llantos de los gemelos, se acercó hasta el lugar donde se escuchaban lo lloros y observó a los dos pequeños.
Al notar el animal que los niños tenían hambre y frío, la loba los amamantó, los arropó con su pelaje y les dio protección. Así permaneció la loba hasta que finalmente se cruzó en el camino un campesino de nombre Faústulo. Ante semejante escena, Faústulo se arrodilló y recogió a los indefensos niños de entre las patas de la loba, llevándolos a su casa y dándoles un hogar en el que vivir. En su humilde casucha crió a los pequeños en secreto hasta que crecieron sanos y fuertes, habiendo aprendido gran cantidad de conocimientos en tácticas de guerra, de combate... Cuando se vieron con fuerzas suficientes, Rómulo y Remo fueron a vengarse de Amulio. Una vez dieron con el monarca lo mataron y de esa manera Numitor se alzó con el poder.
En agradecimiento a los chicos, Numitor les permitió crear una ciudad en el lugar donde de niños fueron abandonados, "la colina de palatino". Una vez allí, los muchachos pactaron dividir la tierra en dos y que ninguno de los dos, jamás, entrara en la tierra del otro.
Cierto día, Remo no respeto el pacto que había sellado con su hermano y cruzó la frontera, por lo que Rómulo sin piedad alguna mató a su propio hermano, unificando así las tierras y dando lugar a la gloriosa ciudad de Roma, el 21 de Abril de 753 a.C.
El romántico sentimiento de buscar un origen glorioso, como fundamento de una civilización, se ha repetido durante nuestra historia, dando lugar ha épocas y momentos de trágico recuerdo.
En nuestro país podemos observar como partidos nacionalistas, se han perpetuado en el poder aplicando esta forma de hacer política. Una política basada en los sentimientos más que en la razón.
El PNV en la Comunidad Autónoma Vasca, da por hecho histórico el mito de Aitor y sus siete hijos, fundadores del País Vasco y las siete provincias vascas. País que nunca ha existido, igual que no ha existido el País Valenciano ni los Paises Catalanes, disertaciones románticas que dan de comer a unos pocos.
El 29 de Mayo de este año 2009, el Alcalde de Muro de Alcoy Rafael Climent, del Bloque Nacionalista Valenciano y Angeles Jordá, cordinadora de l ´Alcoià i el Comtat`"por el valenciano", suscribieron un convenio de colaboración.
El convenio tiene como finalidad, continuar desarrollando las actividades que impulsa la Cordinadora por el Valenciano como miembro de la Federación de Escuelas Valencianas en la comarca del Comtat. Estas actividades constan de campañas divulgativas que expliquen las razones psicopedagógicas, sociales y culturales que hacen necesario la enseñanza en valenciano, los encuentros de las escuelas valencianas, etc...
Por otra parte, pretenden adoptar medidas que posibiliten a toda la población, el aprendizaje real del valenciano y el desarrollo de la identidad cultural del País Valenciano. País con la mismos fundamentos históricos que pueden tener Nunca Jamás o el País de las Maravillas, donde todos sabemos que Alicia pasó algún tiempo.

http://www.comarcal.net/noticias/el-comtat/651-muro-firma-un-conveni-amb-la-coordinadora-pel-valencia.html

No es suficiente, el haber catapultado el fracaso escolar en Muro de Alcoy y sobre todo en la asignatura de Valenciano, en el curso 2008-2009. No es suficiente el impedir el cursar los estudios en español, a todo aquel que así lo desea. Por si fuera poco , se firma un contrato con una asociación que utiliza el idioma, como elemento justificante de un país que solo existe en sus deseos.
Como Tito Livio en la busca de un origen para la ciudad de Roma, los nacionalismos encuentran en el idioma el origen de una anelada civilización.