Es habitual hacer una interpretación religiosa del pensamiento de Sócrates. Más aun cuando el mismo definió su visión filosófica como un camino de purificación. Su filosofía toma como centro al ser humano, haciendo del "conócete a tí mismo", el pilar básico de su argumentario. Al igual que el, muchos otros sofistas se ocupaban de las cuestiones humanas : ético-políticas. Una de las escasas coincidencias, ya que Sócrates en consecuencia con lo que promulgaba, daba la espalda al relativismo moral e incluso impartía clases sin fines materiales, únicamente por imperativo moral.
En nuestra Comunidad Valenciana, sus políticos han incurrido en el "utilitarismo", como diría Sócrates, siendo esclavos de los bienes materiales, lo que no les deja lugar a un autodominio ni autonomía.
Este utilitarismo, ha llevado a una lamentable situación de despreocupación con aquellos que más atenciones necesitan por parte de sus responsables políticos, la población más desfavorecida.
Desde la Comunidad Valenciana, se incumple de manera sistemática la Ley de Dependencia, haciendo que centenares de miles de personas de toda edad, condición y sexo, se vean prividas de una prestación que les pertenece por ley.
Este utilitarismo en el que se han instalado nuestros políticos, les lleva a rodearse de todo lujo, pompa y fasto que hace, si cabe, más vergonzosa esta situación.
En una utilización ruín, de un Estado desmembrado que delega en las Comunidades Autónomas, competencias tan importantes como son la de sanidad y la de la Ley de Dependencia, la Generalitat incurre en contínuo incumplimiento de la Ley, con el consentimiento, si no beneplácito del estado central, que trata de favorecer esta situación inmoral, para tratar de desgastar la imagen del Sr. Camps y que ello repercuta en un futuro vuelco electoral.
El contínuo retraso en la concesión de estas prestaciones, lleva a que haya gente que no le sea posible disfrutar de esta prestación. Una prestación que más que un imperativo político y legal, debería ser un imperativo moral y humano.
Un contínuo baile de nombres, al frente de la Conselleria de Sanitat, trata de mantener distraida a la gente, haciendo ver que se hace algo cuando realmente no se hace nada.
Por ello, es necesario que nuestros políticos recapaciten, que abran los ojos y abandonen ese utilitarismo en el que se han instalado y les hace vivir de espaldas a la realidad y a una responsabilidad que tienen con la población y con ellos mismos.
Es necesario que nuestros representantes públicos abran los ojos y que su condición de políticos, no les haga desvincularse de su condición de humanos, si es que todavía recuerdan lo que ello significa.
Desde mi blog, mi más sincera solidaridad con aquellos que día tras día padecen las consecuencias de una clase política deshumanizada y para aquellos que día tras día reivindican, agrupándose en movimientos cívicos y ciudadanos, los derechos de las personas a las que se les niega de manera sistemática.
En nuestra Comunidad Valenciana, sus políticos han incurrido en el "utilitarismo", como diría Sócrates, siendo esclavos de los bienes materiales, lo que no les deja lugar a un autodominio ni autonomía.
Este utilitarismo, ha llevado a una lamentable situación de despreocupación con aquellos que más atenciones necesitan por parte de sus responsables políticos, la población más desfavorecida.
Desde la Comunidad Valenciana, se incumple de manera sistemática la Ley de Dependencia, haciendo que centenares de miles de personas de toda edad, condición y sexo, se vean prividas de una prestación que les pertenece por ley.
Este utilitarismo en el que se han instalado nuestros políticos, les lleva a rodearse de todo lujo, pompa y fasto que hace, si cabe, más vergonzosa esta situación.
En una utilización ruín, de un Estado desmembrado que delega en las Comunidades Autónomas, competencias tan importantes como son la de sanidad y la de la Ley de Dependencia, la Generalitat incurre en contínuo incumplimiento de la Ley, con el consentimiento, si no beneplácito del estado central, que trata de favorecer esta situación inmoral, para tratar de desgastar la imagen del Sr. Camps y que ello repercuta en un futuro vuelco electoral.
El contínuo retraso en la concesión de estas prestaciones, lleva a que haya gente que no le sea posible disfrutar de esta prestación. Una prestación que más que un imperativo político y legal, debería ser un imperativo moral y humano.
Un contínuo baile de nombres, al frente de la Conselleria de Sanitat, trata de mantener distraida a la gente, haciendo ver que se hace algo cuando realmente no se hace nada.
Por ello, es necesario que nuestros políticos recapaciten, que abran los ojos y abandonen ese utilitarismo en el que se han instalado y les hace vivir de espaldas a la realidad y a una responsabilidad que tienen con la población y con ellos mismos.
Es necesario que nuestros representantes públicos abran los ojos y que su condición de políticos, no les haga desvincularse de su condición de humanos, si es que todavía recuerdan lo que ello significa.
Desde mi blog, mi más sincera solidaridad con aquellos que día tras día padecen las consecuencias de una clase política deshumanizada y para aquellos que día tras día reivindican, agrupándose en movimientos cívicos y ciudadanos, los derechos de las personas a las que se les niega de manera sistemática.